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viernes, 29 de julio de 2011

lunes, 18 de julio de 2011

Educabilidad y construcción del sujeto en la cultura


              Por: Alejandro Salazar Vargas

Es completamente indiscutible que el ser humano es un ser eminentemente social. Su interacción con el universo simbólico que dota de sentido y significado sus acciones, permite la constitución del psiquismo y, por ende, la interiorización de significados culturales y la construcción de las llamadas funciones psicológicas superiores.


     Hay que decir que tal proceso de construcción lleva implícito un aprendizaje, condición que remite a la afirmación meramente sustentada en lo dicho con anterioridad, que el sujeto posee posibilidades de educabilidad que permitirán durante el curso de su vida formarse como sujeto en su cultura.

     En ocasiones, tiende a pensarse que la educabilidad es sólo una condición específica y única de quienes pueden acceder a las llamadas “instituciones educativas”, y cuyas necesidades básicas son completamente satisfechas, de manera que los asuntos referidos a la nutrición, economía y procesos de interacción social sean los más adecuados para posibilitar un adecuado aprendizaje.

     Es importante afirmar, que tales circunstancias son necesarias para el desarrollo del sujeto, pero la noción de educabilidad no excluye a ningún ser humano, puesto que es ese hecho mismo, el de ser humano, el que determina la construcción del sujeto como posible de ser educado.

     Con esto, debe decirse que la inmersión de procesos educativos en comunidades de escasos recursos posibilita que los sujetos allí residentes, puedan construirse como seres sociales, interiorizando aquellos conceptos y nociones que han sido construidas en la historia por los seres humanos.

     El hecho que ciertas personas vivan en la escasez económica, no quiere decir que no sean sujetos sociales: es precisamente la condición de pertenecer a una sociedad, la que ha nombrado su forma de vida y le ha dado un estatuto, para algunos inferior, por no poseer lo que muchos consideran lo más importante en su vida: riqueza, en su carácter más monetario.

     Hay que resaltar, como lo afirma Baquero, R (2006) refiriéndose a la noción de educabilidad, que ésta “remite a un atributo específico de lo humano, a una nota distintiva que refiere a una cierta incompletud de la naturaleza del cachorro humano que precisa de su apropiación de y por parte de una cultura para poder constituirse en sujeto” (p.12), de manera que la condición misma de una falta, es la que moviliza al sujeto a relacionarse con otros para construir conocimiento.

     Hay que decir que el señalamiento de la “no educablidad” en un sujeto específico, marca un déficit en sus capacidades cognitivas y obtura su interés por aprender y construirse como sujeto, puesto que lo que otros le han dicho es que sus funciones psíquicas superiores no operan adecuadamente. Debe afirmarse, que el concebir tal noción remite a las consideraciones que han sido repensadas en las disciplinas cercanas al ámbito educativo, dónde el déficit era sólo del sujeto y ahí, “no había nada que hacer”.

Esta idea, tan errónea, rompe con la noción de educabiidad, como si el aprendizaje fuese sólo exclusivo de unos casos específicos: todos los seres humanos están en capacidad de aprender. Su aprendizaje, dependerá de sus intereses, motivaciones, estrategias y ayudas implementadas por el docente, y aspectos sociales que han permitido su construcción como sujeto.

     Así pues, se introduce una elaboración que implica una interrelación entre alumno-docente, puesto que la responsabilidad del aprendizaje no es única de las estrategias del docente, ni tampoco, única de las dificultades del alumno.
Es la realización del trabajo conjunto, el que permite la construcción de conocimiento y el máximo aprovechamiento de las funciones psicológicas superiores.

     Además, debe tenerse en cuenta que hablar de docente, en este caso, no implica necesariamente el estar inmerso en una institución educativa, puesto que tal papel puede suplirlo cualquier persona que dote de conocimiento al niño y lo apoye u oriente en la construcción del mismo.

     Con lo anteriormente dicho, es importante traer a colación lo que en párrafos anteriores se estaba mencionando: los procesos de educación en comunidades de escasos recursos económicos y en condición de extrema pobreza.

¿Y es que, acaso, quienes se encuentran en tales condiciones están imposibilitados para aprender y/o educarse?! ¿No son también seres sociales cuya condición para formarse como pertenecientes a una cultura implica un proceso de construcción subjetiva mediada por el aprendizaje?
Quien responda afirmativamente a la primera pregunta, se encuentra en un completo error. La respuesta a la segunda, está más que explícita en lo que se lleva del escrito.

     Si se tiene en cuenta que las imposibilidades de pertenecer a instituciones educativas por algunos sujetos, corresponden también a un problema político, es menester considerar que la pobreza es también un problema político y, por consiguiente, de gobierno.

     Sin embargo, esto no quiere decir que quien se encuentre en un estado de pobreza esté imposibilitado para aprender: su incompletud constituyente como ser humano, inserta el orden de la educabilidad, proporcionando las condiciones para llevar a cabo procesos de aprendizaje.

     Por eso, en ocasiones, la instalación de instituciones educativas en comunidades residentes en lugares donde abunda la pobreza, permite que quienes a ellas asistan, puedan construir conocimiento que anteriormente le había sido denegado por su situación social.

     De esta manera, la institución estará en la tarea de diseñar estrategias que permitan la participación y el desarrollo cognitivo de los sujetos atendiendo a sus necesidades y condiciones sociales, pues es desde ellas que se fundamenta una adecuada enseñanza-aprendizaje.

     Es así que la inmersión de la educación en contextos de conflicto social, permite insertar una opción de vida en los sujetos, construir, reconfigurar y transformar las percepciones del inmenso mundo que los rodea. Como proceso formativo, marca un inmenso camino a recorrer, cuyo sustento en la construcción de los sujetos eminentemente sociales, podría ser una gran orientación para generar procesos de cambio a nivel intersubjetivo e intrasubjetivo, de manera que sería un aporte a la reforma de las condiciones sociales que tanto agobian a los seres humanos.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Baquero, R (2006) Sujetos y aprendizaje. Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación. 1ª ed. Buenos Aires: Argentina

miércoles, 13 de julio de 2011

La magia de la transformación: Fundacion Crisol

                Por: Roberto Guerra (2011)

´´ Un niño no es una botella que hay que llenar sino un fuego que es preciso encender´´
Montaigne

La pretensión e intención del presente escrito es traer a colación el papel activo y transformador, por vías de la educación, que posee la fundación Crisol dentro de un contexto vulnerable y unos sujetos vulnerados como lo son las comunidades de poblaciones desplazadas.

La fundación Crisol es una organización de carácter no gubernamental sin interés lucrativos – valga la aclaración que dentro de la organización se manejen bienes y posean fondos económicos, el propósito ultimo de la organización no es fomentar y aumentar las riquezas de unas minorías ´´privilegiadas´´ sino al contrario- que se interesa y basa su objetivo hacia una problemática social – el fenómeno de la población desplazada por la violencia - que tiene la extraña particularidad de ser en si misma una paradoja. Por un lado es un fenómeno altamente visible dentro del contexto colombiano y es reconocido por el Estado de Colombia, y por el otro, dentro del mismo contexto social, es decir dentro de la sociedad colombiana (los sujetos que habitan y conforman a Colombia, tanto el lector, como sus hijos amigos, familiares, de esos sujetos es lo que se habla) son una población totalmente invisible, discriminada por su ´´posición´´ o más bien etiqueta gubernamental de desplazado.

Esto nos permite introducirnos en dos elementos - de la amplia gama que implican este fenómeno – que a la luz de este escrito nos permite contextualizarnos en el papel activo que posee la Fundación Crisol. Estos dos elementos son 1) El contexto social, y 2) Los sujetos, o para fines explicativos, la población desplazada.

Utilizar el concepto de contexto social, es más bien, una idea que nos sirve de guía para vislumbrar cuales son las dinámicas socio-históricas que tienen como producto el fenómeno de las poblaciones desplazadas por el conflicto armado. Hay que dejar claro que estamos ubicándonos geográficamente en Colombia, y que es un fenómeno que ha surgido a raíz de la diversidad e interrelación de los conflictos armados – entiéndase por conflicto armado a un producto socio-histórico que dan cuenta de las problemáticas y dinámicas socio-políticas de un país que se encanta por estar enlazado a la resolución por vías violentas. Es como estar en un estado de guerra pero sin estarlo, otra paradoja más, otro pan de cada día para algunas poblaciones de Colombia-. El conflicto armado entonces se puede leer y vislumbrar en actores con sus actos, y hasta con sus propios teatros, dentro de los cuales podemos mencionar a: Los grupos armados insurgentes (como lo son las guerrillas, los paramilitares, ´´las nuevas bandas armadas´´, etc.), y los grupos armados de supuesta seguridad nacional (policías, militares, y cualquiera de sus derivados). Ya nombrados los actores, hay que especificar algunas de las causas que permiten que los grupos anteriormente nombrados y que construyen en cierta medida el contexto social de donde surgen las poblaciones desplazadas.

Se puede englobar cualquier tipo de acciones en una sola palabra, ´´poder´´. En un informe realizado para la USAID se pueden vislumbrar lo siguiente: ´´ El desplazamiento en Colombia es responsabilidad primordial de los grupos armados ilegales, cuyo objetivo es despejar territorio para así expandir el número de áreas bajo su dominio y apropiarse, de manera ilegal, de tierras valiosas (Reyes y Bejarano, 1998). La expulsión de población es, además, una estrategia de guerra para impedir las acciones colectivas, para destruir las redes sociales y para intimidar la población, logrando de esta manera controlar a la población civil (Henao et al, 1998)´´ Además se aclara que este conflicto no sucede sin razones ´´fundamentadas´´ sino que es: ´´Una estrategia de guerra para la apropiación de activos, la expansión del dominio territorial y el control de la población civil, requiere atacar a grupos específicos de la población. Las agresiones a la población no son, por lo tanto, aleatorias. La evidencia econométrica para Colombia indica que los propietarios de tierras, los individuos jóvenes y las personas con papeles de liderazgo en la sociedad, enfrentan más posibilidades de ser atacados (Kirchhoff e Ibáñez, 2001)´´ (Informe de la USAID, 2004, pág. 5).

Como se nos ilustra el panorama, el poder esta en mayor medida en controlar una gran zona altamente productivas (como por ejemplo, ganado, la siembra vista como agricultura) además de que son zonas claves para la siembra y comercio de sustancias psicoactivas. Por ende las consecuencias de conseguir por vías violentas estas zonas es desplazar a las personas, más bien prácticamente desterrándolas, lo que genera y como hemos venido diciendo, el fenómeno de una población desplazada por el conflicto armado.

Esto último nos da paso para hablar acerca de las personas/sujetos/ciudadanos que conforman el grupo de los ´´desplazados´´. Estas personas, ciudadanos y sujetos de la sociedad Colombiana sufren un proceso de des-ciudadanía, es decir un proceso de transformación que implica el paso de ser un ciudadano a uno no-ciudadano y cómodamente catalogados como desplazados. Por ende son un grupo de personas, una población que ha sido vulnerada de todos sus derechos como ciudadanos y como humanos; En vías de buscar nuevos horizontes en la huida del conflicto armado, se topan con otro obstáculo más grande, o varios para no caer en simplicidades. Como veníamos diciendo la trasgresión de sus derechos humanos y de ciudadanos colombianos, la falta a una educación – sin mencionar que en algunos casos ni si quiera la ayuda es prestada para los procesos educativos y de aprendizaje-, la discriminación social, son entre otros, unos de esos obstáculos que habíamos mencionado.

Además algunas de las características predominantes que podemos vislumbrar en las congregaciones de grupos o poblaciones desplazadas son las siguientes: Es una población vulnerada, posee altos niveles de pobreza – lo que implica mayores dificultades de conseguir alimento, agua y vestimenta-, son poblaciones que poseen grandes niveles de inseguridad. Además los datos arrojados en la investigación realizada por la USAID, nos mencionan algunas características de este tipo de población, y son: ´´ La población desplazada es un grupo particular de la población colombiana con tres características especiales. En primer lugar, dado que muchos hogares desplazados tienen jefatura femenina, bajos niveles de educación y una alta dependencia económica, esta población es muy vulnerable. En segundo lugar, el acceso a la tierra es una característica común de la mayoría de los hogares desplazados. Cerca de 60 por ciento de las familias desplazadas tenían acceso a la tierra antes de abandonar su lugar de origen, porcentaje superior frente a la población colombiana. En tercer lugar, el tejido social de los hogares desplazados es más denso frente a una familia promedio colombiana, dado que 24 por ciento de las familias desplazadas participaban en alguna organización antes de la migración´´. (Informe de la USAID, 2004, pág. 5).

Hay que mencionar además de que todas estas personas son tomadas en cuenta – para nada- por el gobierno de una manera poco significativa, por ende, en las colonias que se forman se pueden vislumbrar sin ningún esfuerzo todo este tipo de características.

En la ciudad de Pereira del departamento de Risaralda existe – y a la vez no para la mayoría de la población de la ciudad (recuerden la paradoja de ser visibles e invisibles)- una población ubicada en Las Colonias, que se encuentran conformados por un grupo de desplazados; específicamente ahí encontramos a la Fundación Crisol y su actividad en este tipo de población.

Como arma fundamental para la transformación de esta cruda realidad social, la fundación Crisol utiliza la educación. Dejemos claro que el interés principal de la fundación con respecto a la educación no son los procesos de masificación, de naturalización del sujeto, dejando de lado a aquellos sujetos que presenten diferencias en relación con la gran masa. Sino que su propósito es el de la transformación, transformación de una realidad social que por accidentes determinan que sufran las consecuencias de ser sujetos, que políticamente, son leídos como desmovilizados.

El interés entonces es influir en la reconstrucción de la realidad social, esto implica que el proceso educativo debe estar dirigido al aspecto social e, interrelacionado a esto, el aspecto político. Político y social en el sentido de que la educación es un puente que permite – ó como interés de la fundación- un cambio en la posición de desmovilizado a ciudadano, lo que podríamos llamar una vuelta a lo ciudadano. Esto implica que el sujeto construya su concepción de sujeto político (un sujeto con derecho y deberes, pero que esta relación es inversamente proporcional).

El proceso transformador de la educación que se gesta en la fundación Crisol puede ser entendida de la siguiente manera, y como lo plantea Baquero: ´´el aprendizaje escolar no se trataría de la mera adquisición de habilidades o conocimientos descriptos como un proceso psicológico-individual de despliegue de una naturaleza infantil suficiente o adecuadamente estimulada, sino, que el proceso de aprendizaje en el contexto escolar debería ser visto como un potente proceso de apropiación mutua entre sujeto y cultura´´. (Baquero, R. 2006. Pág. 22).

A diferencia de la educación homogenizadora que se ha propuesto como sistema en donde la intención consiste en alienar a las masas, instaurar los valores y normas que han sido traspasados de generación en generación. Para entender un poco y aclarar lo que se quiere decir, Savater nos dice: ´´La sociedad prepara a sus miembros de manera que le parece más conveniente para su conservación, no para su destrucción; quiere formar buenos socios, no enemigos ni singularidades antisociales… el grupo impone el aprendizaje como un mecanismo adaptador a los requerimientos de la colectividad. No solo busca conformar individuos socialmente aceptables y útiles, sino precaverse ante el posible brote de desviaciones dañinas´´ (Savater, F. 2004. Pág. 147).

Es aquí pues la diferencia entre los procesos educativos normalizantes o homogenizadores, y los procesos educativos transformadores, de carácter social y a su vez político. Es entonces el llamado de atención que realizan los académicos frente al cambio de la educación y el aprendizaje, y la capacidad que tienen la fundación Crisol (como una de las que están interesadas por un verdadero cambio, una verdadera significación, resignificación de las realidades y representaciones sociales) para cambiar dicha cosmovisión del proceso educativo como una fabrica de producción masiva de sujetos que son alienados y entrenados para servir a los interés y objetivos de la sociedad – o mejor dicho, servir a los lideres intrínsecos que manejan los hilos sociales y politicos-.

Entonces la propuesta educativa sería y siguiendo el la línea de acción que se tiene en la fundación Crisol la cual consta de hacer magia, y como nuestro titulo lo dice, la magia de la transformación. Entonces es entender la educación como un proceso de transformación del conocimiento, de realidades e identidades sociales (en individuales), de contextos, en sí, es utilizar la magia de la educación para reflexionar y revolucionar la sociedad, o en otros términos realizar cambios significativos para un mejor ´´vivir social´´, y no ser los esclavos de una educación con aras a ser la mano de obra productora, como era la- y aun es- la ideología de sociedades industrializadas ó modernas.


Referencias bibliográficas

Baquero, R. (2006) “Sujeto y aprendizaje” 1a ed. - Buenos Aires : Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación: Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, 2006.

Savater, F. el valor de educar. 2004. Editorial Aries.

USAID. Colombia: Hacia una política proactiva para la población desplazada. 2004. Versión digital